EL TUMI
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En las tradiciones de las culturas antiguas de América del Sur existe un objeto particular que ha atraído la atención de los investigadores modernos y también de la gente común: es el Tumi, utensilio de uso múltiple, utilizado en muchos ámbitos. El Tumi, usado antiguamente como arma en la batalla -sobretodo por los Incas, que lo dieron en dotación a su ejercito y que lo utilizaron durante la guerra de conquista y también como hacha en caso de necesidad – también se usó como cuchillo, y debe su popularidad a un uso adicional, fue el más significativo instrumento para rituales y de uso quirúrgico de la época.
Originario de la zona de costa de Perú, fue prerrogativa de las civilizaciones de aquellos lugares, desde la más antigua Paracas, a la Sípan, hasta a las Moche, Chimú y más tarde a los Incas.
El Tumi tenía una forma precisa: realizado en metal, como bronce, oro, plata o cobre, era una pieza única, con el asa rectangular o trapezoidal, la altura cambiaba pero la longitud nunca superaba las dimensiones de una mano; abajo estaba la hoja, con forma semicircular y muy afilada.
En los Tumi más prestigiosos, privilegio de los guerreros más hábiles, de médicos o sacerdotes, la hoja podía estar hecha en una sola pieza de turquesa, piedra talismán y sagrada, o de obsidiana, cristal volcánico que muy trabajado suele ser muy cortante; también el asa se decoraba con figuras humanas, de animales y con aplicaciones de piedras.
Este cuchillo tenía su uso más solemne en las ceremonias y durante los rituales de sacrificio: entre los más famosos estaban las celebraciones en honor al dios Sol Inti, llamado Inti Raymi, y celebradas al final del solsticio de invierno, fecha que señalaba el primer día del año Incas alrededor del 24 de junio; en esta ocasión se conmemoraba el final de la cosecha, dando las gracias a los dioses por ella y con ofrendas se esperaba un futuro lleno de prosperidad y riqueza. Durante este ritual, el Sumo Sacerdote inmolaba un llama, de color blanco o negro, y utilizando el Tumi abría la tripa al animal y sacaba el corazón y los otros órganos, y con ellos podía ver el futuro y hacer adivinaciones.
El otro importante uso del Tumi fue el quirúrgico: desde los Paracas, así como los Incas después, fueron grandes conocedores de esta disciplina. La trepanación del cráneo tenía el fin de sanar el paciente de patologías como hematomas y heridas de batallas, incidentes de variada naturaleza, y también para librarlo de los malos espíritus que estaban en su cerebro y que le provocaban terribles dolores y enfermedades.
Por las investigaciones desarrolladas se sabe que la practica quirúrgica era muy usada, y muy significativos fueron los resultados obtenidos: gracias a la experiencia cada vez mayor, el porcentaje de éxito sobre la enfermedad era muy alta, con tasa de mortalidad muy contenida. El descubrimiento de momias Incas ha puesto al descubierto la perfecta cicatrización de las heridas, signo de la extraordinaria maestría en la ejecución de estas intervenciones.
En Noviembre de 2006, gracias a unas interesantes excavaciones arqueológicas, se encontraron 22 Tumi Incas en el interior de algunas tumbas; hoy día el Tumi es símbolo nacional de Perú usado para promover el turismo, considerado portador de fortuna y buena suerte si colgado en la pared de la propia casa.
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