LOS MAYAS

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Entre las distintas culturas que se han producido antiguamente en las regiones de Centroamérica, la Maya está considerada la más refinada, grandiosa y erudita; los primeros testimonios de esta civilización nos llevan a 1800 a.C. Encontrados en la zona de Peten, en la actual Guatemala: es esta una grande llanura tropical que está en el norte del país, con una frondosa vegetación y cruzada por ríos, un ambiente único y esplendido.
Las orígenes de este pueblo las encontramos en un primer tiempo en una sociedad pacifica de agricultores, emplazados cerca de importantes centros de culto y que, después, llegaron a organizar verdaderos y auténticos estados unificados, dirigidos por soberanos a menudo en guerra entre sí. Este conocimiento llega hasta nosotros gracias a abundantes inscripciones que han hecho posible a los investigadores trazar un esquema acerca de la realidad de esta excepcional población: los Maya fueron la primera civilización a grabar sobre piedra, a veces de grandes dimensiones, su propia historia gracias al descubrimiento de un complejo sistema de escritura jeroglífica, más exactamente logosilábica, donde cada símbolo podía representar una palabra y tener un significado propio, pero también podía indicar una silaba.
colgante rana en plataEl territorio Maya cubría una vasta área que incluya las actuales regiones mexicanas de Veracruz, Yucatan, Campeche, Tabasco y Chiapas, la casi totalidad de Guatemala, y algunas zonas de Belice, Honduras y El Salvador septentrional.
El periodo de desarrollo, desde sus orígenes hasta su epilogo, puede ser ordenado en tres fases precisas: el pre clásico, desde 2000/15000 a.C. hasta 250 d.C., el clásico, desde 250 d.C. hasta 900 d.C., y el post clásico, hasta el siglo XVI d.C., alrededor de 1647, año en el cual fueron derrotados los últimos Maya.
Muchos historiadores están de acuerdo en afirmar que en la época de su desarrollo Guatemala fue el centro intelectual y comercial de referencia de toda Centroamérica, desde el cual con el tiempo, la cultura se expandió hasta llegar a implantarse en las zonas ya citadas.
Es interesante observar el ambiente geográfico en el cual se desarrolló esta extraordinaria civilización, una área extremadamente difícil, con peculiaridades: demasiada agua o demasiada sequía. Este paisaje hizo que la gente que vivía en él desarrollara un carácter indudablemente tenaz y combativo, debido a la continua lucha contra la naturaleza y la tierra desde la cual sacaban su propio sustento.
Las primeras ciudades nacieron alrededor del siglo III, después de la desaparición de la civilización Olmeca, considerada el origen de todos los pueblos de Centroamérica; pueblo provenientes se supone desde México, se establecieron a lo largo de la costa del Pacifico, desarrollando una actividad agrícola bastante rudimental, ligada sobretodo al cultivo del maíz y después de otros productos como el algodón, frijoles, cacao y azúcar, levantando edificios para el culto religioso y pirámides en piedra: los primeros núcleos verdaderamente Maya fueron Izapa, El Baúl, Chalchuapa e Kaminaljuyu, el más famoso por ser punto esencial entre las más importantes vías de comercio entre la costa del sur y las más fecundas y prósperas llanuras del norte, donde todavía hoy las imponente pirámides de El Mirador son testigos desde la distancia del esplendor y poder de esta civilización.
Materie prime dei loro traffici, e quindi base di rapporti commerciali erano le conchiglie del Mar dei Caraibi, i semi del cacao, la giada e l’ossidiana, il cotone ma soprattuto le piume del Quetzal (animale sacro) vendute o scambiate per essere utilizzate da alti dignitari o sovrani, quindi di alto valore economico.
La civiltà Maya ebbe infatti un rapido ed esteso sviluppo, e si ritiene che al momento del suo massimo splendore contasse almeno 27 grandi città sparse attorno alle regioni guatemalteche, oltre ad un imprecisato numero di piccoli villaggi. Nel 150 a.C. si ebbe il primo grande arresto della civiltà Maya, che però fu in grado di riprendersi e svilupparsi ancora, costruendo le maggiori città – come Tikal, Piedras Negras e Uaxactùn – fino al 900 d.C quando sopraggiunse la fine definitiva di questa grande civiltà.
calendario maya con el principe emplumadaMás tarde, en el periodo clásico, se extendió una cultura más homogénea que llevó a un periodo de gran desarrollo y crecimiento, tanto en la organización social, política, cultural y de los descubrimiento científicos, como en la transformación de estos centros habitados en verdaderas ciudades estado que se confrontaban y relacionaban entre sí solo para aumentar y expandir sus cambios comerciales y todo eso se puede constatar por los majestuosos centros construidos como:
Tikal y Piedras Negras, en Guatemala, ambas en la región de Peten. La primera, datada 700 a.C., es uno de los más antiguos asentamientos descubierto y por los hallazgos encontrados se puede observar cual era la fuerza política y comercial de esta ciudad, casi con seguridad la más importante y poderosa de la zona. Piedras Negras, que vio su máximo esplendor alrededor de 400 d.C., es famosa por su interesante complejo arquitectónico compuesto por plazas, zonas para actividades comunes y templos en pirámides.
Copan, en Honduras, en la región del mismo nombre y fechada alrededor de 160 d.C., nace cerca de la frontera con Guatemala y su existencia está entre las más duraderas en el tiempo, de hecho desde el periodo pre Clásico llegó hasta el principio del Post Clásico; significativos los hallazgos de antiguos y grandiosos palacios reales.
Palenque y Chichén Itza, en México. El primero en el estado de Chiapas, es un asentamiento más pequeño comparado con los anteriores, pero con edificios y obras escultóricas muy superiores, de gran belleza y atractivo; el segundo lugar se encuentra en el norte de la región de Yucatan, y el primero habitado alrededor de 500 d.C. Pero fue entre los siglos VI y XI d.C. que la ciudad vivió su momento más esplendoroso. Muchos son los edificios de gran valor, pertenecientes a estilos distintos y por eso muy atractivos: entre ellos destaca la pirámide de Kukulkan y el observatorio astronómico.
En este momento de gran esplendor se podían contar 27 grandes ciudades esparcidas en el territorio guatemalteco, ademas de un impreciso numero de pequeñas aldeas.
Las ciudades Maya, con su grandiosa arquitectura, fueron símbolo de la absoluta maestría que esta población demostró en distintos ámbitos: en los edificios públicos y también en los templos y en las pirámides encontramos los mismos pensamientos que desarrollaron en todas las ciencias, manifestando dotes de artistas excelentes y interpretes solicitados en la realización de sus obras.
Como ya dijimos, el cultivo del maíz estaba en la base de la agricultura, así como importante era el algodón, desde el cual obtenían esplendidas telas gracias a las modernas y buscadas técnicas de tejer; también la producción de vasija y utensilios de uso cotidiano alcanzó niveles de calidad muy elevados, con objetos decorado con gusto y riqueza. Un inciso que es importante evidenciar es la gran competencia en los cultivos Maya: su agricultura fue tan rica y próspera gracias a las importantes técnicas conocidas por los Maya y que aplicaron al sistema de regadío, constituido por una red de pequeños canales que recogían el agua en grandes tanques, almacenándola también para el uso cotidiano.
El comercio era muy próspero y en continua expansión: se intercambiaba cacao, cerámica, algodón y telas, piedras como jade, pedernal y obsidiana, conchas y plumas de colores. Las plumas tenían un valor muy alto, así como los pájaros que nunca se mataban: se heredaban de padre a hijo, así como los arboles donde estos anidaban, y servían para pagar deudas y multas y venían ofrecidos como dote.
La organización de la sociedad Maya era muy similar a la gran mayoría de las culturas de Sudamérica: en el escalón más alto estaba el soberano, llamado ahau, y su poder, como el de los nobles y jefes, se heredaba de padre a hijo, o sea en linea patriarcal.
En esta ciudad-estado, después del rey, que garantizaba el poder administrativo y religioso, estaba la nobleza, con tareas de gestión practica, cubriendo la función de juez, cobradores de impuestos y tributos, y también supervisores del orden social.
Al lado de la nobleza estaban los soldados y los sacerdotes, estos últimos considerados los depositarios del conocimiento: eran astrónomos y matemáticos, entendían y se encargaban de medir el paso del tiempo, de los años, los meses y los días, influyendo en la vida cotidiana, indicando los tiempos de la siembra, de la cosecha, y ademas conocían la manera de comunicarse con las divinidades, aplacando los dioses malignos y dando honor y adorando los benevolentes. Los astrónomos Maya fueron los primeros en estudiar e investigar el Sistema Solar realizando el más antiguo calendario ligado a él; crearon ademas un calendario ceremonial formado por 260 días en total y divididos en en periodos de 20 días. En realidad los calendarios utilizados por este pueblo eran 18, cada uno de los cuales tenían características distintas y se basaban en el movimiento de los distintos planetas, Júpiter, Venus, Saturno y la Luna con sus interrelaciones, y lograron así a prever eclipses de sol y luna, anticipando mucho todas las demás culturas.
En la base de la pirámide social estaban los esclavos, clase muy numerosa que incluya los prisioneros de guerra, los delincuentes y todos los que venían sometidos con la fuerza provenientes de territorios externos y de secuestros.
Alrededor del año 900 d.C., hubo un primer parón en la expansión de la civilización Maya, la población se mudó sistemáticamente hacia la costa en la zona de Yucatan, abandonando las ciudades donde hasta ahora vivían; la causa de esta migración se debe a dos principales motivos: la inestabilidad climática, la variación de los periodos de lluvia llevó a una constante bajada de la humedad con daños a los cultivos y un mayor empobrecimiento y regreso a la agricultura, y eso debido a la masiva deforestación puesta en marcha por los Maya para la construcción de ciudades, arrancando arboles para crear más espacio y también para obtener la madera necesaria para la construcción.
En este contexto, los sacerdotes intervinieron como mediadores con las divinidades, ofreciendo sacrificios y rezos para provocar la lluvia tanto esperada, pero sin obtener resultado y la tensión social fue aumentando dando origen a fuertes desordenes. La población, causa de su propio declive, se mudó a las regiones costeras, donde el clima era más favorable y suave, los comercios ´más fáciles gracias a las vías marítimas, cambiaron sus costumbres y hasta ahora usados y las ciudades quedaron abandonadas y olvidadas. La llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, no fue la causa del final de la civilización, como se dijo en el pasado: lo que en realidad encontraron los europeos fue un conjunto de poblaciones y culturas que habían asumido el nombre de Maya, pero en realidad solo habían asumido algunos aspectos, mezclándose con otras poblaciones de origen Talceta y Aztecas; la civilización Maya llamada clásica ya se había extinguido hacia seis siglos antes, dejando como documento de su cultura un gran numero de monumentos y palacios, esparcidos en la región de Guatemala y países limítrofes.
joyas étnicos - aretes con tonatiuh, dios del solTodos los testimonios de esta fabulosa civilización llegados hasta nosotros se debe a la enorme cantidad de manufacturas y hallazgos que se encontraron: la historia de este pueblo está escrita en las estelas, las cerámicas, los papiros y las paredes de los templos encontrados en las áreas habitadas en su tiempo; el conjunto de todo lo que se descubrió describe con detalles las costumbres cotidianas de la población, tanto los particulares de la construcción de los templos y de los edificios en general, como en la vida política o en los ritos sagrados.
Particularmente importante en la vida de los Maya era la religión, que reflejaba la formación jerárquica de la población. En el centro de la mitología Maya encontramos Hunab Ku, el Dios Creador, desde el cual brota la conciencia, el equilibrio de las fuerzas, la perfección y el conocimiento universal: es la representación del calendario solar y representado solo con su propio símbolo; a él están ligadas otras dos divinidades fundamentales, Itzamná, hijo suyo, y Huracán, dios del viento, de la tempestad y del fuego.
El primero ligado a la creación del mundo y de todos los demás dioses, está considerado el inventor de la escritura y de las artes, el que está capacitado de saber el futuro; en la época tardía de la civilización Maya se conocía como el Dios de la medicina. Representaba el dios D y su forma era la de un caimán, lagarto pero también de pez y se asociaba al Árbol del Mundo (Ceiba Pantandra), símbolo sagrado que une la tierra con el cielo y los infiernos; su mujer era Ix Chel, diosa de la Luna, madrina de la fertilidad y de la procreación y de todas las actividades femeninas.
Huracán, el Corazón del Cielo, es una de las divinidades que tomó parte en la creación del hombre, representa el dios K y es el único dios creador que no está personificado, aunque esté relacionado en modo directo con los vientos y las tempestades.
Importante ser divino era Chac, dios antropomórfico ligado a los rayos, a la lluvia, al agua y a toda la energía vital. Representado con un hacha en la mano con la cual golpea las nubes para provocar la lluvia, en una antigua leyenda es él que rompió una roca y desenterró el maíz que se transformó en cultivo primordial de todas las civilizaciones centroamericanas. Su culto era muy difundido y el principal ligar de veneración era Chichen Itza, en el norte de la región mexicana de Yucatan, donde se llevaban a cabo sacrificios humanos en su honor.
Ah Mun era el joven dios del maíz, señor de la vegetación, de la agricultura y del alimento principal de todos los pueblos precolombinos. Se representaba como un chico para indicar la capacidad de crecimiento, de evolución y progresión, todas características muy importantes para acompañar el concepto de abundancia. Como el maíz está estrechamente relacionado con la lluvia, así Ah Mun a menudo viene reproducido acompañado por Chac y por Ah Puch, dios de la muerte, que puede llegar en caso de carestía y escasez de cosechas; en honor a estas divinidades se organizaban fiestas y ceremonias, en las cuales los dirigentes y personalidades Maya se vestían como el dios, con un tocado hecho de maíz, y sembraban en sus alrededores granos de maíz como buen auspicio para futuras cosechas.
Entre las muchas divinidades, un papel muy importante tenía Kukulkan, la Serpiente Plumada, el dios Aztecas Quetzalcoatl. Considerado el fundador y el creador de la raza humana, a él se dirigían los rituales con sacrificios humanos.
La manera de actuar de las divinidades equivalía para los Maya al ejemplo a seguir, reforzando y valorando las acciones hechas por la élite al poder justificando la jerarquía social y la estructura política; era costumbre que los dirigentes se mostraran al pueblo llevando mascaras que representaban las distintas divinidades, explicando así que sus acciones no eran fruto de decisiones personales sino ordenes supremas que no pertenecían a un contexto terrenal. Una tradición muy sentida era la dualidad del alma: los Maya creían que el alma humana estaba compuesta por dos elementos, uno indestructible, invisible y eterno llamado c’hul y el otro, llamado way, al cual se le atribuya la tarea de guardián espiritual; este concepto, presente en muchas culturas centroamericanas, indica la relación entre una persona y el animal que corresponde al día de su nacimiento, formando con el una unión espiritual que se mantiene para toda la vida entre los dos seres vivos. El destino del hombre y del animal están estrechamente unido que depende el uno del otro.
También el día tenía su equilibrio, y cada periodo de tiempo, mañana, tarde, puesta de sol, estaba dirigido por una divinidad distinta y solo a la que le correspondía según el momento, debía ofrecer dones.
Como para las demás grandes culturas de la antigüedad, también para los Maya el mundo de los dioses se encontraba en diferentes niveles, en el cielo, en la tierra y en los infiernos: para ellos este mundo subterráneo estaba ligado al mar, u por eso las vías de conexión con este ultimo estaban muy a menudo mal cuidadas, con zonas donde se colocaban pequeños nichos en los cuales se colocaban imágenes de los dioses protectores para parar el acercamiento a la tierra firme de las malas divinidades marinas.
También los Maya llevaban a cabo sacrificios humanos con sangre para sus divinidades, en sus rituales espectaculares y únicos con funciones muy distintas: podían servir para una cosecha abundante, para aplacar la ira de los dioses, para proteger el soberano y su familia. A menudo, de todas formas, estas ceremonias se creaban con arte, naciendo de una finalidad política para imponer la voluntad del rey. Para los sacrificios de sangre, algunas partes del cuerpo eran más adecuadas que otras: las orejas eran importantes porque después del sacrificio, a través de ellas, se podía escuchar las palabras de la divinidad, así como la lengua, por medio de la cual se podía repetir lo que el dios quería; no menos los genitales, especial instrumento a través del cual se mantenían en equilibrio las fuerzas vitales del universo. Para los sacrificios se utilizaban cuchillos de obsidiana, con tumi del Perú, con la hoja afilada y muy cortante: estas ceremonias las celebraban los sacerdotes, que después de periodos de purificación y ayuno y gracias al uso de alcohol y hierbas, entraban en un estado de trance y contactaban con el dios y trasmitían así su deseo.
Quetzalcóatl – Serpiente Emplumada AztecaEsta grande civilización ha difundido gracias al arte su extraordinario patrimonio de conocimiento y experiencia que se manifestaba en cada contexto y momento, impresionante por las formas, los colores y el cuidado en la ejecución. Maravillosas las cerámicas decoradas con detalles, así como las tallas y las incrustaciones; preciosos eran los tejidos, realizados con minucia alternando hilos de distintos colores para resultar cargados de tintes muy bellos y trabajados con precisión.
Hablando de colores, de gran valor era el azul maya, una gradación muy especial que hoy día se desconoce, pero que se mantiene viva por las cerámicas pintadas y los frescos de las grandes pirámides y de los monumentos de la época. Se creaba con pigmentos de origen orgánica de otros, a los cuales se añadía un componente que podía hacerlo brillar al sol, destinado sobretodo a la decoración de palacios de los nobles y del soberano; también las tumbas estaban particularmente elaboradas, en su interior se colocaban objetos y ofrendas para las divinidades y para que el difunto fuera acogido en el más allá: estas ofrendas podían consistir en piezas de jade azul o verde, símbolo del maíz y de sus brotes, representación de la vida y también cruces en jade, representación del mundo Maya y de los dioses ancestrales.