JOYAS AFRICANAS

El continente africano representa en el mundo de las joyas el poder del simbolismo.
Todo en este país – metales, minerales y materias orgánicas – sirve para embellecer el cuerpo de los indígenas, a menudo hasta el extremo con elementos decorativos que alcanzan dimensiones considerables: plumas, dientes, cuernos y también calaveras de pequeños roedores que se usan como amuletos y fetiches, elementos recurrentes en especial en la artesanía.

antigua pulsera africana en plataEn la variación de sus tribus y en la diferencia de sus estilos, África revela una evidencia constante: la importancia de lo ornamental, desde el más pequeño al más espectacular. Normalmente son los hombres que llevan joyas y ornamentos, sobretodo en las danzas y fiestas anteriores a las bodas: en la tribu de los Fulbe los hombres bailan cubiertos de joyas en una especie de competición que lleva a las jóvenes a escoger al más guapo. El ornamento, así como la joya, sirve para destacar no solamente la diferencia entre los sexos, sino sobretodo la diferencia social y viene a subrayar caracteres anatómicos y simbólicos, como la fuerza y la habilidad. Los taparrabos de concha así como los cubre nalgas de las tribus Mongbetu y Mongo se embellecen con dibujos geométricos para atraer la atención de la persona que hay que conquistar, a la vista de posibles uniones en el clan de una misma tribu y de bodas entre las personas más importantes. La placa labial usada normalmente por las mujeres de Etiopía, tiene la función de atraer la atención a la boca, herramienta a través de la cual se transmite la palabra y las tradiciones: realizada en madera, marfil o terracota, puede llegar a medir más de veinte centímetros, tomando la función de protector, teniendo la boca un claro papel simbólico. Las mujeres jóvenes la llevan en el labio inferior ante de la boda y su dimensión indica el numero de cabeza de ganado requerido por la familia para el enlace.
pendientes africanos en plataJuntos con estos ornamentos, los habitantes del continente africano usan en gran medida piedras preciosas, siempre muy buscadas, así como para hacer casi imposible encontrar su origen y su fecha. El Cuarzo y la Cornalina están presentes en toda África desde la época pre dinástica, con duración hasta el 3100 a.C., mientras que Turquesa y Lapislázuli, verdaderos símbolo del Imperio Egipcio, estimularon la imaginación y el trabajo de artesanos y orfebres de la época de los Faraones.
También el Ámbar, utilizada desde los tiempos antiguos y todavía en uso, se incluye en los materiales usados por estos pueblos: evocando la atracción y la protección solar, aleja la gente de las tinieblas.
También el Coral Rojo, llamado “el árbol de las aguas”, y considerado hacer parte de los tres mundos – animal, vegetal y mineral – se cree elemento protector y generador de vida; además el Ámbar Gris, sustancia natural producida por los cachalotes, era reconocida por sus poderes afrodisíacos.
colgante BeréberPero son las perlas de vidrio el verdadero amor de las tribus africanas, usadas sin excepción para decorar peinados, pulseras y collares. Objeto de intercambio entre los comerciantes indios y europeos, las perlas de vidrio llegaron a África en el siglo IV, aunque algunas excavaciones han demostrado su existencia y su uso ya en época pre-cristiana, y crearon una verdadera revolución: los artesanos de Níger, Mauritania y Nigeria fueron los primeros en usar y dar vida a ornamentos con perlas de colores, mientras en el resto del Continente la pasión por este material empujaba a cualquiera a ofrecer como mercancía de intercambio incienso, cuernos de rinocerontes, caparazones de tortugas, aceite de palma, lingotes de oro, marfil y hasta esclavos.
Las perlas asumieron cada vez más el papel de componente principal para ornamentos: llevadas por hombres y mujeres, están cargadas de significado, cada una tiene su propio valor y lleva consigo un mensaje especial. Su utilización varia según las poblaciones, pero un punto fijo queda su función de seducción, ya que los colores usados sirven para atraer las miradas, igual que el ruido que provocan-en las joyas más complejas- chocando una contra a la otra.
Otro material natural muy amado por el artesanado africano es el cauri. Esta pequeña concha, cuya forma recuerda el sexo femenino, tiene su origen en Maldivas, aunque su nombre venga del sánscrito.
cruz de ingallConocida desde la época imperial, cuando los faraones la colocaban en sus tumbas, se difundió en el continente gracias sobretodo a las caravanas: se han encontrado ejemplares en el Sahara, justo en un convoy abandonado en el siglo XI, y también en Mali. Las preciadas conchas se intercambiaban por el oro, y se utilizaba para embellecer ornamentos, como moneda y mercancía de intercambio y fue por esta función que los cauri llegaron a las zonas más remotas de África, hasta en el Congo.
El oro se utilizaba sobretodo para joyas y no como función de moneda. Extraído y labrado más en zonas subsaharianas, dio origen a un sofisticado y buscado artesanado de orfebrería; los geógrafos árabes del Medioevo hablaban con énfasis y entusiasmo de pequeños anillos trenzados provenientes de “Wangara”, el país del oro. La habilidad de los orfebres, sobretodo los de Senegal, era insuperable: supieron entrelazar de manera excelente las influencias europeas con las del norte de África, hasta volverlos irreconocibles, y que sus manufacturas se copiaran por los mercaderes europeos durante siglos.
collar fulani u peulPero también se cuenta del gran temor que existía hacia este metal. Según algunas leyendas este material brillante, inoxidable y con miles de reflejos, tenia vida propia, empujado por un espíritu maligno en grado de matar o volver locos, de crecer, multiplicarse y moverse en el espacio.
A pesar de estas leyendas, de todas formas, los mercantes europeos quedaban siempre estupefactos delante de los muebles de Ejemplos de la magnificencia y de la importancia de las joyas de oro de las tribus africanas los encontramos en los relatos de viaje de los exploradores que llegaron a Mali y vieron lo espectacular de los ornamentos de las mujeres Fulbe. Los pendientes, cuadriformes y trenzados, pueden llegar a alcanzar dimensiones importantes y pesar hasta 300 gramos: para hacer más llevadero el peso de los elementos más consistentes, las mujeres atan un lazo de cuero rojo a la oreja, lo pasan por encima de la cabeza y lo atan a la otra oreja, de manera que se quedan casi suspendidos. Estos suntuosos pendientes vienen a menudo acompañados por granos doble cono colgados a un collar y realizados gracias a la técnica granular. El conjunto, que ya de por si da una imagen de opulencia, se enriquece con ornamentos en la nariz y con peinados realizados con perlas de Ámbar.
antiguo collar africanoJuntos a los Senegaleses, los orfebres Akan de Ghana, también fueron muy hábiles en labrar el preciado metal. Los portugueses llegaron en el siglo XV y enseguida se dieron cuenta de la riqueza que había en aquellas tierras, tanto es así que bautizaron el lugar como Costa de Oro. Los Akan se constituían en un grupo étnico dividido en pequeños estados, pero el jefe de cada estado y tribu llevaba en los brazos, cuello y piernas collares, cadenas, joyas y ornamentos de oro de todas las formas, mientras el cabello y la barba eran decorados con perlas en oro y de colores y con sonajeros. Las mujeres de los jefes llevaban pulseras y anillos de oro, y todo su cuerpo se ornamentaba con hilos que lo recubría. El comercio con los portugueses empujó a los Akan a incrementar la producción, buscando nueva imaginación y materiales nuevos, como el latón, para poder introducir en el mercado europeo copias de sus extraordinarias manufacturas.
Las joyas en oro se destinaban a las celebraciones y a las fiestas, y en estas ocasiones eran grandes el esplendor y la pompa: suntuosos brazaletes acompañados por anillos llevados en las manos y en los pies, collares, cinturones y peinados adornaban todos los participantes. En las ceremonias más importantes se llevaban pecheras, llamadas “discos del alma”, solo para notables y sacerdotes, que tenían la tarea de purificar el alma del jefe: su uso variaba de tribu a tribu, y a menudo quien los llevaba era visto como mensajero del soberano o persona de su total confianza.
preciosa tobillera Berbera en plata
También el bronce, antigua aleación con base de cobre, tiene un amplio uso desde los tiempos más remotos del artesanado africano: Las técnicas de fusión permiten gran libertad e imaginación en la ejecución de joyas y decoraciones; en las poblaciones nómadas de Níger las chicas más jóvenes llevaban tobilleras de cobre talladas con motivos islámicos y el hecho de que estos ornamentos apenas permitían el movimientos ejerce un gran atractivo. En la Costa de Marfil las pulseras en bronce de grandes dimensiones se utilizan en los santuarios como medios de adivinación y para comunicarse con los espíritus. En esta zona, la tradición hace llevar también brazaletes enriquecidos con sonajeros y piedras coloreadas y cada elemento añadido simboliza la riqueza de quien lo lleva; y también, en las tribus de Liberia, las tobilleras en bronce son parte del ajuar de la mujer.
Collares en bronce decorados con cabezas de búfalos fueron realizados por artesanos de Camerún para sus soberanos: los búfalos, animales respetados por su fuerza y astucia, se reproducían en estos abalorios como representación de la importancia social de quien los llevaba, por eso solo los más altos dignatarios tenían el derecho de sentarse, en las asambleas, encima de las calaveras de búfalos.
La plata, material favorito por los artesanos de las zonas rurales y por las tribus nómadas, representa la pureza y la honestidad: por eso hay anillos con formas alargadas, usados por los Berebere y los Tuareg para llevar tabaco, reservados para los jefes y para los huéspedes de alto rango. Como decoración, en algunos se pueden encontrar representados guerreros a caballo, prerrogativa de estos, caballeros y jefes militares, y llevados durante las ceremonias y los rezos rituales.
anillo Tuareg

La explosión de los colores tuvo lugar en la riqueza de laorfebrería esmaltada, gracias a los orfebres hebreos que se refugiaron en África en el periodo de la Inquisición, y introdujeron la técnica del cloisonné y del nielado. Los esmalte de colores brillantes enriquecen todavía hoy cada joya, hasta transformarlo en pieza única: el amarillo solar, el verde brillante, el blanco color de la luz y el azul y negro, que protegen del mal de ojo.
Los elementos decorativos utilizados toman ideas sobretodo de la naturaleza: desde el chacal que aleja los malos espíritus, a la salamandra que protege de los incendios, a la serpiente que es grande defensora de la vida; la granada símbolo de la fertilidad, las almendras de la inmortalidad, la espiral de la eternidad.
Los artesanos africanos, llamados a reproducir en su arte los conocimientos y las técnicas aprendidas por las tribus a través de los siglos, todavía saben proponer hoy día joyas y ornamentos que recuerdan las antiguas tradiciones de las poblaciones que desde hace siglos habitan este continente.

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Poupèe Ashanti

 

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