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La población Hmong es una minoría étnica originaria de China que, en los siglos pasados, se
trasladó hacia el Sur y ha poblado las regiones de Laos, Tailandia y Vietnam, siguiendo su propia
aspiración de autonomía e independencia territorial (el nombre Hmong, en su idioma, significa “libre”).
El interés para con su gente nace por la belleza de sus productos artesanales, expresados en sus ropajes tradicionales, en sus joyas, en su estilo que los hace diferentes del resto de etnias, revelando detalles sobretodos en el color, en las formas y en los acabados, entre otras de los
vestidos (Red Yao, Flowered Hmong, Black Hmong, White Hmong, Black Thai, White TrousersYao…).
Los artífices de este magnifico artesanad o son las mujeres, que desde la recogida de los materiales (algodón, lino, cáñamo), hasta su elaboración y su consiguiente tesitura, perpetúan con cuidado y precisión de detalles una tradición estética que dura desde hace siglos. Sus técnicas, habilidades, y poder creativo hacen de cada prenda un objeto único en su género: único por la peculiaridad de los detalles que no solamente distingue las diferentes tribus, también la clase social y la edad en el interior de un mismo grupo, y pueden ser el color, el largo del traje, el motivo del bordado, que muchas veces toma idea de las leyendas tradicionales.

Los tejidos tradicionales Hmong, utilizados en la fabricación de las distintas prendas y de los accesorios, están caracterizados por algunos elementos decorativos específicos, a menudo en combinación entre ellos. Además del bordado a punto de cruz con motivos casi siempre geométricos, el tinte del algodón y del cáñamo gracias a la técnica del batik y el uso del índigo tiene una importancia muy significativa.
Sin duda es interesante observar como el índigo, planta verde brillante que crece prácticamente en todo el mundo, es como un fino hilo conductor que une países y pueblos distintos en sus costumbres, pero unidos por este extraordinario color. Cuanto más intenso y oscuro se hace el azul, más preciado y de calidad llega a ser; serán después las joyas y los accesorios como cinturones, fajas y pompones de varios colores a aligerar el conjunto.

Otra técnica típica de la tradición textil Hmong consta en sobreponer distintas capas de algodón
de varios colores y después cortar solo los superiores, doblando y cosiendo las franjas según los
varios dibujos que van revelando el color de las franjas de telas de las capas inferiores, y
embellecer sobretodos cuellos, delanteros y fajas porta bebé.
En general se puede afirmar que los tejidos producidos y usados en zonas rurales y montañosas
están hechos enteramente con materiales naturales, más pesados, gruesos y crudos, mientras los que se encuentran en ciudades son más ligeros, caracterizados por confecciones más refinadas y ricas en detalles decorativos.

Las faldas de mil tablas
Se cuenta que fue la visión de una hoja abierta de latania que inspiró a una mujer Hmong el
modelo de la primera falda de mil tablas. La latania es un tipo de palmera que crece, entre otras
zonas, donde habitan los Hmong y se utiliza, secada y trenzada, para construir los tejados de sus
casas, cestas y sombreros en conos usados en todo el Sur-este Asiático para protegerse de la lluvia y del sol. Actualmente se pueden encontrar en el mercado dos tipos de faldas: uno más simple, más fácil de poner y más económico, a menudo hecho con material sintético y con tablas hechas amáquina y utilizados sobretodos en las ciudades por chicas jóvenes; el otro, más hermoso y rebuscado, en tejidos naturales y enteramente plisado a mano hasta alcanzar unas 200 tablas y un largo del tejido en total de hasta 5 metros, y está difundido sobretodos en aldeas y zonas de montaña.

El modelo clásico está compuesto por tres fajas horizontales unidas entre ellas: la primera desde lo alto es de color índigo por entero, la segunda presenta dibujos batik siempre en tonos índigo alternados con motivos bordados en trenzas rojas y aplicaciones lineales, la tercera finalmente está compuesta por una serie de típicas estampas chinas en algodón de flores y pájaros o bordada a punto de cruz con hermosos motivos geométricos en colores llamativos. La falda tiene un dobladillo hecho con una tira de tejido negro u azul marino. Las tiras de fantasía batik y bordadas que ya no se utilizan para las faldas, vienen usadas para ensamblar faldas nuevas que pueden así incorporar piezas más antiguas y de especial valor.